martes, 3 de septiembre de 2019

El Brujo y la vieja Muerta

Antiguamente la gente de Guardiamó, como en todos los campos de Chiloé, tenían la costumbre de hacer que los niños buscaran las ovejas. Y si no encontraban debían quedarse a dormir fuera de casa. A una de estas niñas le paso que debió quedarse a dormir a la orilla del camino detrás de una rama.
Después de la medianoche sintió unos lamentos o llantos que se venían como acercando a su lado. La niña se quedó
callaita, observando todo, hasta que vio que hacia ella venía un hombre castigando a una mujer. Grande fue su asombro al ver que la mujer que estaban castigando hacía tres días que la habían sepultado. Entonces, el hombre le decía a la mujer: "cuando te iba a comprar papas no nos daba el almúd completo ¡y ella recibía castigo. El hombre continuaba "y si te pedíamos algo te negabas, teniendo, así que ahora me las estas pagando pedazo de mañosa". Así la iba retando y castigando por el camino. La niña se quedó más callada cuando vio que el hombre cambiaba de forma a cada rato.
Al día siguiente la niña se fue temprano a su casa. Justo en ese instante llegó el hombre y le dijo:
Que temprano que llegaste...¿Estás haciendo fuego ñaña? (ñaña se refiere a niña)
Tú si que la hiciste bonita (respondió la niña) anoche hiciste caminar a una muerta, viejo brujonazo.
Al oír esto el brujo salió disparado de la casa.
Y cuentan que antes del año el viejo murió porque pensaba que la niña podía decir que él era un brujo.
Ella lo contó es cierto, pero solo cuando pasaron algunos años.
(Narraciones escolares de la oralidad Chilota Provincia de Chiloé)



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